Profa. Gisela M. Rodríguez |
Resulta que la comunicación humana es el mejor y
más importante de los elementos que hacen posible y dinamizan la interrelación
entre los seres que conformamos la especie humana, al punto de que no es
posible una salud mental si no existe una verdadera y fluida comunicación con
las personas con las cuales convivimos.
Adicionalmente, la comunicación es un elemento
trascendental en el funcionamiento y en la formación de la personalidad,
íntimamente ligada al lugar que ocupamos dentro del sistema de las relaciones
sociales. La función afectiva de la comunicación hace referencia a toda la gama
de emociones, sentimientos y vivencias que se generan y se desarrollan a través
de la comunicación y que permiten la satisfacción de la imperiosa necesidad que
todos tenemos de compartir nuestras impresiones y nuestros sentimientos y de
sentirnos comprendidos, aceptados y amados por las personas que nos son
afectivamente significativas
Por otra parte la comunicación afectiva es aquella
que a través de buenas destrezas y formas de comunicación, logra el propósito
de lo que se quiere transmitir o recibir. Dentro de la comunicación efectiva el
trasmisor y el receptor codifican de manera exitosa el mensaje que se
intercambia. O sea que ambos entienden el mensaje transmitido. También podemos
decir que la comunicación efectiva es "Explorar las condiciones que hacen
posible que la comunicación sea provechosa y eficaz “el arte de la comunicación
afectiva satisfactoria y eficiente es un aprendizaje que se adquiere
fundamentalmente en el seno del hogar y en las instituciones educativas a las
cuales nos hallamos vinculados y que posteriormente se desarrolla y se
fortifica a través de nuestros vínculos laborales y afectivos a lo largo de
nuestra vida adulta. En este proceso de desarrollo de nuestra comunicación,
tiene significativa importancia la afectividad, la autoestima, la empatía, el diálogo
y el desarrollo de nuestra dimensión espiritual, conceptos estos que se
desarrollan principalmente desde el seno del hogar, en la relación con nuestros
progenitores y hermanos y en la etapa escolar en las relaciones con nuestros
profesores, nuestros compañeros y nuestros amigos. Lástima grande que en el
espacio de un artículo como éste, no pueda profundizarse suficientemente
para que los padres y los profesores tomen clara conciencia de la importancia
de su papel para desarrollar en sus hijos esta capacidad de comunicación
afectiva que tanto condicionará el éxito, la prosperidad y la felicidad a lo
largo de sus vidas.
Según sea la calidad de comunicación que
mantengamos con una persona, dentro de un grupo o en una empresa así será
calidad de la relación que obtendremos. De hecho, si nos detenemos a pensarlo
un instante- todas las personas que consiguen un éxito sólido y un respeto
duradero (ya sea en el campo laboral, empresarial o familiar) saben comunicar
de manera efectiva -aún intuitivamente- sus ideas, propósitos y emociones.
Sólo conociendo –y practicando- los principios de una comunicación efectiva podemos coordinar, enseñar, aceptar, dirigir... pero sobre todo lograr un clima propicio que nuestras acciones nos conduzcan a lo que realmente buscamos.
Atravesados por la comunicación es que nos
relacionamos con el otro, construimos equipos, nos organizamos en sociedades o
proyectos empresariales, educacionales, barriales, familiares y de pareja.
Para facilitar y potenciar el proceso de comunicación
personal, empresarial, grupal, utilizamos el marco contextual y las
distinciones, centrándonos fundamentalmente en el proceso particular de la
Comunicación, y en las particularidades de cada uno de los participantes.
Lograr de esa manera que la Comunicación sea
Efectiva por dos líneas básicas, buscar los mayores logros en sus habilidades y
por otra parte superar los bloqueos que ella misma pueda acarrear.
Profa. Gisela M. Rodríguez.-